viernes, septiembre 16, 2011

Investigación Turística

Reflexiones sobre la Investigación Turística y los nuevos Paradigmas de Investigación

Por Carmen Urdaneta
Profesora de la Universidad de Oriente.

Parte I.-

Podemos decir que, gracias a las ciencias naturales (física, biología entre otras) así como también a ciencias como la psicología y la lingüística, afortunadamente, las cosas comienzan a cambiar y hoy nadie niega que existan otros paradigmas y otros modos de conocer y de acceder “científicamente” al conocimiento, por lo que podemos decir queactualmente los enfoques cuantitativos de investigación están siendo criticados y que ya están surgiendo nuevos modos de investigar distintos al positivismo empirista que había caracterizado la investigación hasta nuestros días, que no tomaba en cuenta que para la solución de la mayoría de los problemas sociales no basta con la acumulación de datos y la comprobación de variables que sólo abordan fragmentos de la realidad social e impiden la confrontación de las necesidades de un determinado grupo, obviando el punto de vista del actor social y el contexto donde éste se desenvuelve, lo que ha conducido a un cambio de paradigma en el modo de abordar estos problemas surgiendo así la aplicación de los métodos cualitativos, que permiten al investigador un contacto pleno con la realidad social a investigar, lo que conlleva a darle mayor espacio a los procesos de comunicación activa y a la participación de la población objeto de estudio en el proceso de transformación social.

De allí que, el abordaje de los enfoques de investigación en el terreno del turismo deben buscar establecer cuáles son las ópticas que se han desarrollado para concebir y mirar las distintas realidades que componen el orden de lo humano, así como también comprender la lógica de los caminos, que se han construido para producir, intencionada y metódicamente conocimiento sobre ellas.

Por lo que Taylor y Bogdan (1992) señalan que lo que define la metodología es simultáneamente tanto la manera cómo enfocamos los problemas, como la forma en que le buscamos las respuestas a los mismos.

Parte II


Si entendemos el paradigma de investigación como el Conjunto de normas y creencias básicas que sirven de guía a la investigación. Podemos establecer algunas diferencias entre el modo de conocer cuantitativo y el cualitativo y por ende sobre la forma de investigar, con cada uno de estos.

Al respecto, es preciso señalar que los enfoques de corte cuantitativo están más por la explicación y la predicción de una realidad social vista desde una perspectiva externa considerada en sus aspectos más universales, mientras que los de orden cualitativo le apuntan más a un esfuerzo por comprender la realidad social como fruto de un proceso histórico de construcción visto a partir de la lógica y el sentir de sus protagonistas, por ende, desde sus aspectos particulares y con una óptica interna.

Ahora bien, en el caso que nos ocupa: La investigación en el ámbito del turismo, un paradigma que ponga limitaciones al estudio de los distintos planos de la realidad humana no es procedente, ya que precisamente si algo tienen de novedoso los estudios del turismo es su Interdisciplinariedad, pues es difícil abordar en su totalidad el fenómeno turístico desde el punto de una sola ciencia, ya que el turismo, a pesar de ser considerado una disciplina social; necesita de la biología, de la geografía, de la física, de las matemáticas, de la ecología, pero también de la economía, el derecho, la psicología, la sociología y otras ciencias, por lo que en ella se conjugan perfectamente las ciencias llamadas naturales y las llamadas humanas, lo que es un llamado a un abordaje desde la transdisciplinariedad, lo que se traduce en un rompimiento con el monismo metodológico que privilegió al método experimental y sus derivados como las únicas alternativas de construcción de conocimiento científico.

No obstante, es un hecho, que tal como establecía en 1991, el estudioso del Turismo Sergio Molina, al referirse a los problemas que enfrenta la investigación del turismo, aún en la actualidad existe un marcado acento en estudiar al turismo privilegiando sus manifestaciones económicas; abusando de las técnicas estadísticas y de una posición positivista de la investigación; sin tomar en cuenta que el turismo es un fenómeno humano, hecho por y para los hombres, y que por ello implica que su investigación sea realizada desde una óptica fenomenológica.

Es en este sentido, al buscar medios que logren captar las características específicas de esa realidad humana, que es posible establecer la vigencia de las alternativas de investigación cualitativa, que poco a poco se han ido afianzando en las ciencias sociales contemporáneas. De allí que el abordaje de los enfoques de investigación en este terreno busquen establecer cuáles son los supuestos que se han desarrollado para concebir y mirar las distintas realidades que componen el orden de lo humano, así como también comprender la lógica de los caminos, que se han construido para producir, intencionada y metódicamente conocimiento sobre ellas.

Parte III

Continuando con el tema de la investigación turística, cabe señalar que abordar el estudio del turismo desde la óptica de la aportación sociocultural, no quiere decir que se tomen de manera ecléctica diversas terminologías y corrientes metodológicas que muchas veces son incompatibles entre sí, sino reconocer que el estudio del turismo debe ser abordado desde diversos ángulos, por lo que se debe hacer un esfuerzo para teorizar buscando la esencia particular de del fenómeno turístico en sí. Pues de no ser así, esto conduciría a otro de los problemas señalados por el citado Sergio Molina (1991) cuando expresa que existe “…dispersión de los resultados y hallazgos de las investigaciones por falta de un marco teórico común o por la carencia de éste”; agregando como un cuarto problema la. “escasez de recursos financieros, propósitos y estructuras funcionales en las organizaciones turísticas que no favorecen o no contemplan la investigación” (p.17).

Al respecto, hay que tener presente que el investigador, el científicoactual tiene un triple objetivo: 1.- Ser consciente de la problemática epistemológica que vivimos en la actualidad, clarificando los conceptos básicos que dan sentido al proceso de investigación y sustentan la legitimidad y defendibilidad de los conocimientos adquiridos; 2.- Tomar consciencia de la gran variedad de métodos disponible y; 3.- La necesidad de realizar estudiosque sea útiles y prácticos para la investigación, sin que esto menoscabe su cientificidad.

Ahora bien, si entendemos la metodología cualitativa: como un Método de investigación que permite obtener un entendimiento profundo de una situación y significado para aquellas personas envueltas en ella, a través del examen de ese fenómeno específico, es evidente que ésta es al más apropiada para abordar estos estudios.

Es de hacer notar que existen varios enfoques de la investigación cualitativa, entre los más conocidos tenemos:

- la fenomenológica, que se centra en el estudio de las realidades determinantes para la comprensión de la vida psíquica de las personas.

- la naturalista, que estudia el comportamiento de las personas en situaciones naturales, analizando detenidamente como el ambiente influye sobre el individuo, y cómo éste, a su vez, ejerce efectos en el ambiente

- la etnográfica, que es un estudio analítico-descriptivo de las costumbres, creencias, prácticas sociales y religiosas, conocimientos y comportamiento de una cultura (grupo) en particular

- la endógena, donde los investigadores pertenecen al grupo que se estudia, aunque generalmente están asesorados por un experto externo, pero siendo ellos lo que eligen el objetivo, el foco de interés, los procedimientos metodológicos, el diseño y la ubicación de su marco de referencia

- la investigación acción, concebida como el estudio de una realidad social con el propósito de cambiarla, mediante un proceso en el cual la propia comunidad crea teorías y soluciones acordes a esa problemática

- y, las historias de vida, donde se utiliza un sólo informante o por extensión una familia, reconstruyendo su vida y por ende a de una comunidad o evento determinado

No obstante, en todas ellas se reivindica el abordaje de las realidades subjetiva e intersubjetiva como objetos legítimos de conocimiento científico; el estudio de la vida cotidiana como el escenario básico de construcción, constitución y desarrollo de los distintos planos que configuran e integran las dimensiones específicas del mundo humano y, por último, la puesta en relieve del carácter único, multifacético y dinámico de las realidades humanas. Por esta vía emerge, entonces, la necesidad de ocuparse de problemas como la libertad, la moralidad y la significación de las acciones humanas, dentro de un proceso de construcción socio-cultural e histórico, cuya comprensión es clave para acceder a un conocimiento pertinente y válido de la realidad ambiental.

Parte IV

Continuando con el tema, es preciso aclarar que para el grupo, en que se sitúan los paradigmas crítico social, constructivista y dialógico, se asume que el conocimiento es una creación compartida a partir de la interacción entre el investigador y el investigado, en la cual, los valores median o influyen la generación del conocimiento; lo que hace necesario “meterse en la realidad”, objeto de análisis, para poder comprenderla tanto en su lógica interna, como en su especificidad
El conocimiento en este orden de ideas, sólo es posible mediante la cooperación estrecha entre el investigador y los actores sociales, que a través de su interacción comunicativa logran construir perspectivas de comprensión más completas y de transformación más factibles, que aquellas edificadas exclusivamente desde la óptica del investigador y de la teoría general existente.

Por ello en las metodologías cualitativas el modo de construir el conocimiento permite captar el punto de vista de quienes producen y viven la realidad social y cultural, y asumir que el acceso al conocimiento de lo específicamente humano lo que se relaciona con un tipo de realidad epistémica cuya existencia transcurre en los planos de lo subjetivo y lo íntersubjetivo y no sólo de lo objetivo.

La subjetividad y la intersubjetividad se conciben, entonces, como los medios e instrumentos por excelencia para conocer las realidades humanas y no como un obstáculo para el desarrollo del conocimiento como lo asumen los paradigmas cuantitativos, esto es, el positivismo y el neopositivismo.

Todo lo anterior se traduce en la necesidad de adoptar una postura metodológica de carácter dialógico en la que las creencias, las mentalidades, los mitos, los prejuicios y los sentimientos, entre otros, son aceptados como elementos de análisis para producir conocimiento sobre esa realidad. Por lo que, problemas como los de descubrir el sentido, la lógica y la dinámica de las acciones humanas concretas se convierten en una constante desde las diversas búsquedas calificadas de cualitativas. Ya que desde la perspectiva de la comprensión de las posibilidades de conocimiento de la realidad humana, se acepta la existencia de múltiples visiones con grados de entendimiento y validez diversos sobre dicha realidad. En este sentido, es particularmente importante, para las opciones investigativas de tipo cualitativo, reconocer que el conocimiento supone no sólo la descripción operativa de la realidad, sino ante todo la comprensión del sentido de la misma por parte de quienes la producen y la viven.

Parte V

Al abordar el tema del conocimiento, quiero significarles que son tres las condiciones más importantes para producirlo, que muestran las alternativas de investigación cualitativa: a) la recuperación de la subjetividad como espacio de construcción de la vida humana, b) la reivindicación de la vida cotidiana como escenario básico para comprender la realidad socio-cultural y c) la intersubjetividad y el consenso, como vehículos para acceder al conocimiento válido de esa realidad.

Claro está que para esto suceda, es necesario la aceptación de la premisa según la cual se asume que la experiencia humana tiene un triple afincamiento: universal (como especie), particular (como parte de una cultura y sociedad particular); y específico (como realidad única e irrepetible, propia de un momento de la historia social y personal).

De allí que los invito a reflexionar sobre lo planteado y a considerar la investigación turística, no como un fenómeno objetivo, visto desde fuera, sino como una realidad humana, donde están íntimamente imbricados la naturaleza, la cultura y el hombre.
Lo que conlleva, necesariamente a un abordaje de la realidad turística que privilegie el punto de vista del actor y el contexto donde éste se desenvuelve, donde el investigador tenga un contacto pleno con la realidad social a investigar, lo que conlleva a darle mayor espacio a los procesos de comunicación activa y a la participación de la población objeto de estudio en el proceso de transformación social.

Cuestión, que sólo es posible a través de una investigación del turismo concebida por y para el hombre, tomando en cuenta a sus comunidades y respetando su cultura y sus diferencias, lo que lógicamente nos conduce a dejar atrás el modelo “industria turística” y a reemplazar éste por el modelo “Turismo Sustentable”, ya que como se afirma en el Foro Barcelona 2004 “El desarrollo turístico debe fundamentarse sobre criterios de sotenibilidad, es decir, ha de ser soportable ecológicamente a largo plazo, culturalmente respetuoso, viable económicamente y equitativo desde una perspectiva ética y social para las comunidades locales ya que una buena gestión del turismo exige garantizar la sostenibilidad de los recursos de los que depende”.

Ahora bien, ¿cómo lograr este cometido?, a mi modo de ver, la única forma es a través de la participación comunitaria, pero eso sí de una participación consciente solidaria, lo que implica, en primer lugar un compromiso real y verdadero con uno mismo y con los otros, con el planeta, con la vida, es decir, un compromiso del gobierno, de las transnacionales, de las empresas turísticas, de los inversionistas, de los hombres y mujeres que habitan este planeta, compromiso con un mundo que nos duela a todos, ya que esta es la única forma de salvar los destinos turísticos, que como tal son patrimonio de la humanidad.
Por ello, al hablar de compromiso son propicias las palabras del educador barrilero Paulo Freire, sobre el modo de entender la solidaridad, a saber:

Este compromiso con la humanización del hombre que implica una responsabilidad histórica, no puede realizarse a través de la palabrería, ni de ninguna otra forma de huir del mundo, de la realidad concreta donde se encuentran los hombres concretos. El compromiso como propio de la existencia humana, sólo existe en el engarzamiento en la realidad, en cuyas aguas los hombres verdaderamente comprometidos se empapan.

Agregando, el mismo autor, que: “El verdadero compromiso es la solidaridad con aquellos que, en la situación concreta, están cosificados y no la solidaridad con quienes niegan el compromiso solidario”.

Ya que este compromiso con la humanización del hombre indefectiblemente nos conduce a la sustentabilidad, o sea al resguardo, la conservación de lo poseemos en su verdadero ser, en su verdadero estado, no sólo para nuestro disfrute sino para el de todos, de allí que en la Carta de la Tierra, aprobada por la Organización de Naciones Unidas en el año 2000, se exprese: “En medio de la magnífica diversidad de culturas y formas de vida, somos una sola familia humana y una sola comunidad terrestre con un destino común”.

Igualmente lo expresado por Guzmán Ramos (s/f) cuando al realizar un análisis de las consecuencias del proceso de la globalización en la actividad turística, afirma:

Lo que la actual situación parece confirmar es que el desarrollo mundial del turismo no puede encaminarse hacia la sustentabilidad con las estructuras políticas y económicas fijadas (por decirlo de alguna manera) por la globalización. Para ello es necesario dar valor a la escala local para que juegue un rol particular en la realización de un proyecto concreto de dinamización endógena y políticas participativas. Esto significa que los esfuerzos para aplicar programas turísticos, sociales, ambientales y económicamente sustentables, difícilmente tendrán éxito si no se realizan cambios estructurales profundos en el sistema mundial. Por lo tanto las desigualdades seguirán siendo la característica más importante en este momento de la historia de la humanidad y el turismo sólo logrará profundizarlas.

Al respecto consideramos que esta participación de la comunidades debe comenzar desde la etapa investigativa, que es lo que va a permitir que la comunidad conozca a cabalidad sus necesidades; y para ello es preciso hacer investigación, pero, no una investigación realizada por académicos y subvencionada por entes centralizados, nacionales o internacionales que ven a las comunidades como objeto de la misma, sino a través de una investigación acción participativa, basada en el paradigma crítico, donde la comunidad es objeto y sujeto de la investigación y por lo tanto la gestora de su propio desarrollo.

Parte VI

Tal como decía en las reflexión anterior, las repuestas institucionales para el desarrollo turístico no deben, como hasta ahora se ha hecho, depender de un organismo centralizado que fija las pautas y las estrategias a seguir, sino que deben estar dadas por problemas presentados por las comunidades y estar encaminadas a dar lineamientos y coordinar acciones tanto gubernamentales como privadas, a facilitar iniciativas de esas comunidades , respetando y valorando el ambiente entendido éste en su dimensión natural y cultural, respetando su diversidad étnica o de cualquier clase.

Planteamiento este que es reforzado por la Organización Mundial del Trabajo (2001), en el artículo titulado “En busca de un turismo socialmente responsable”, cuando expresa:

La asociación francesa Transverses, que aboga por un turismo responsable, estima que el turismo ya no puede hablar de desarrollo sostenible si sólo responde a las necesidades de los turistas y no tiene en cuenta las repercusiones locales “En la actualidad, la introducción de actividades turísticas es producto de acuerdos celebrados entre los Estados y los lideres del sector, pero jamás se consulta a las poblaciones locales.

De allí que en estas reflexiones, privilegiemos una serie de actividades, que a nuestro juicio deben realizarse en pro de ese desarrollo de la actividad turística, a través del modelo turístico sostenible:

1. Investigaciones sobre los efectos ambientales y culturales que estén ocasionando el turismo en las comunidades.

2. Apoyo gubernamental y del capital privado para consolidar el desarrollo de estas investigaciones y acciones, que ayuden a definir los niveles apropiados y los tipos de actividad a implementar en cada una de las áreas a desarrollar

3. Desarrollar normativas jurídicas acordes con el modelo de turismo sustentable, que contemplen la evaluación del impacto ambiental y cultural, ocasionado por la actividad turística

4. Diseñar e implementar técnicas y procesos de consulta popular para así comprometer a todos los interesados en la toma de decisiones

5. Desarrollar e implementar nuevos indicadores turísticos que definan la actividad en términos de desarrollo sostenible

6. Desarrollar herramientas y técnicas adecuadas para analizar los efectos de los proyectos de desarrollo turístico o actividades conexas sobre las comunidades locales, como parte de la evaluación del impacto cultural y ambiental

7. Crear consejos consultivos que comprometan a todos los interesados

Pues sólo en la medida en que trabajemos unidos por el desarrollo de nuestras comunidades estaremos dando repuesta a lo pautado en los Principios contenidos en la Carta de la Tierra (2000), como son: Respeto y cuidado de la comunidad de vida; a saber: Integridad ecológica; Justicia Social y Económica; Democracia, no violencia y Paz. Principios que conforme a la misma Carta de la Tierra, pueden traducirse en la siguiente frase: “VIVIR, CONVIVIR, COMPARTIR, COOPERAR, CONSTRUIR JUNTOS”.

A mi modo de ver, estamos en el mejor momento para lograrlo, pues la humanidad está abocada al cambio y este cambio debe en materia turística conducir a la creación de una verdadera conciencia turística, no sólo en la comunidad, sino también entre los empresarios, y el sector oficial. Pues tal como indica Navarrete Hernández (s/f):

Podemos entender que alcanzar una cultura turística es lograr que la calidad de la vivencia del visitante esté estrechamente ligada con la calidad de vida de la comunidad anfitriona y al mismo tiempo para lograr esto debemos fomentar antes una conciencia turística, que no es otra cosa que la comprensión que la comunidad receptora tenga de los beneficios que derivan del aprovechamiento económico del fenómeno turístico, por consiguiente el positivo clima humano de recepción al turista no sólo debe lograse en un nivel social que se constituye por el grado de aceptación de la comunidad a los visitantes procedentes de otras áreas geográficas y de actitudes diferentes, sino conjugar esfuerzos con los dos niveles restantes que son el técnico y el oficial.

A lo que, en mi opinión debía agregarse el propio turista, ya que éste también está en la obligación de respetar a la comunidad receptora no depredando su ambiente natural y conservando respeto hacia sus tradiciones culturales.

Parte VII

Para concluir estas reflexiones sobre la Investigación turística y los nuevos paradigmas de investigación, es preciso recordar que el cambio acontecido en la generación del conocimiento científico, en las sociedades, en la economía mundial, así como en las mentalidades, nos posicionan de manera diferente, porque esencialmente los elementos que predominan en la actualidad son la complejidad y la incertidumbre, pero a su vez surge también la complementariedad entre las ciencias, especialmente en las llamadas ciencias sociales, lo que sin lugar a dudas en nuestro objeto de análisis: el turismo, nos conducen idenfectiblemente a que los procesos de investigación; así como el abordaje de cualquier planificación turística se deben realizar en el marco de un paradigma complejo siendo la estrategia del mismo la transdisciplinariedad. Solo de esta manera los equipos conformados entre investigadores y actores locales podrán cambiar su concepción, evolucionando desde su propio conocimiento disciplinar o experiencia hacia un abordaje integral del tema, utilizando todas las herramientas que posibiliten la generación de un producto que será validado por los resultados obtenidos.

Este cambio sólo se producirá una vez que todos los actores compartan y respeten los principios de solidaridad, respeto mutuo y participación. Ya que, el turismo sólo puede concebirse como un producto dentro del contexto donde se desarrolla, lo que significa cambiar las líneas de pensamiento dejando atrás los caminos disciplinares para lograr integrar al objeto de la investigación en su contexto, salvaguardando sus rasgos peculiares, respetando la historia de las comunidades donde se desarrollan, sus relaciones y tradiciones así como las aspiraciones de mantener los atractivos turísticos, entendiendo a estos como la oferta de actividades que implican el uso de un espacio predeterminado que tiene un valor en sí, pero que se transforman por la acción turística.

Es avanzar hacia la puesta en valor de lo local, en un proceso de construcción de la identidad de cada zona, como un fenómeno contradictorio pero complementario, o sea en esencia dialógico y recursivo con respecto al mundo global.

Esperando que estas reflexiones sobre la investigación en turismo los hayan motivado a abordar el tema en mayor profundidad, me despido de ustedes, hasta pronto.

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