lunes, noviembre 19, 2012

Los Comentarios de Raymont





Este año cumplo 25 en este apasionante sector de los eventos. Ya tengo una edad, cierto, pero sigo “enganchado” irremisiblemente a esta disciplina de la comunicación tan utilizada por empresas y organizaciones y, a su vez, tan desconocida como poco investigada.
A lo largo de los últimos 15 años, en paralelo al desarrollo del sector, han surgido múltiples propuestas de formación para estudiantes y profesionales del sector y yo, como no podía ser de otra forma, me he apuntado al interesante mundo de la docencia para compartir mi experiencia con aquellos que empiezan a caminar por la senda de la organización de eventos.

Si buscamos información de cursos, másteres y postgrados en organización de eventos podemos encontrar de todo. Hay propuestas más que dignas, por supuesto, pero junto a ellas, hay otras muchas que parecen responder más al interés de sus promotores por hacer negocio en un sector pujante como el nuestro que en formar eficazmente a sus incautos alumnos.

Hay cursos que confunden congresos y eventos corporativos que, si bien formalmente pueden parecerse (una sala, unas ponencias, una logística y algunos elementos lúdicos para divertir a los asistentes), sus puntos de partida tienen tanto que ver como el cine y el circo, es decir, poco.

En otros el profesorado, por la escasez de profesionales del sector disponibles para la docencia, está formado por profesores que, provenientes de cualquier disciplina supuestamente cercana, se atreven a impartir clases de organización de eventos sin haber organizado ni uno sólo en su vida. Obviamente, para ellos, la teoría lo es todo y los ejemplos prácticos que se los busque cada cual.

No me imagino una clase de literatura impartida por quien no ha leído un libro en su vida, ni una de anatomía en la que el docente no haya diseccionado un solo cuerpo. Pues es lo mismo.

Pero no todo está tan mal. Hay buenos programas impartidos por grandes profesionales de los congresos, los eventos corporativos o las ferias. Yo mismo doy clases en algunos de ellos y me enorgullece compartir claustro con grandes profesionales del sector, pero hay que buscar, comparar y preguntar mucho antes de apuntarse a un curso para poder discernir quien nos vende futuro y quien no está vendiendo un título muy bonito que a la postre nos servirá, como mucho, para tapar un desconchado de la pared de nuestro dormitorio.

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