jueves, febrero 21, 2013

El Presidente Peña Nieto no quiere más proyectos








En este sexenio no habrá un desarrollo turístico, nuevo, más.

Ése es el compromiso del presidente Enrique Peña Nieto.

La idea es no repetir lo que han hecho la mayoría de los presidentes de México: el lanzamiento con bombo y platillo de proyectos turísticos, que al final no se concluyen o de plano no terminan por despuntar.

El último caso, por ejemplo, es el Centro Integralmente Planeado (CIP) de Playa Espíritu, en Escuinapa, Sinaloa -lanzado en la pasada administración-, con el que, al final de la historia, se habría generado la actual crisis financiera de Fonatur.

Por eso, en este gobierno, la secretaria de Turismo, Claudia Ruiz Massieu, tiene la encomienda de consolidar los destinos turísticos que ya existen.

¡Bien! Ese objetivo implica que los esfuerzos se concentrarán en la mejoría y fortalecimiento de lo existente y se evitará la distracción y dilución de la atención de lo que ya tenemos.

Lograr tal objetivo parece fácil. No lo es. Y no lo es a pesar de que el presidente Peña tomó la decisión de crear un gabinete de turismo con el propósito de coordinar los esfuerzos de todas las dependencias gubernamentales para impulsar al turismo nacional.

Y no será fácil, aun cuando el turismo ha sido declarado como actividad prioritaria entre los objetivos de la política económica del gobierno en funciones.

Y ¿por qué si todos van a empujar en el mismo sentido para alcanzar el objetivo de detonar el turismo, no parece tarea fácil?

Porque hay, efectivamente, una enorme cantidad de tareas pendientes que deberían estar atendiendo y no lo han hecho diferentes secretarías de Estado y gobiernos estatales.

Claudia Ruiz Massieu (Ministro de Turismo) tendrá no sólo que lidiar con los intereses diversos y hasta opuestos de los empresarios en el sector turístico.

También tendrá que convertirse en la piedrita en el zapato de secretarios de Estado y autoridades en general para que actúen en sus distintos ámbitos y coadyuven a mejorar el producto turístico nacional.
Por eso, aunque el objetivo es certero, lograr consolidar el producto turístico nacional no será tarea fácil.

¿Qué pasará cuando la Secretaria de Turismo le pida a su homólogo en Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza -por ejemplo- que revise el título de concesión de las concesionarias de los aeropuertos para ver si están cumpliendo con sus planes de inversión, ante la evidencia física de que los puertos aéreos en su mayoría denotan descuido en el mejor de los casos e insuficiencia en el peor?.

¿Qué pasará cuando exija que se haga todo lo necesario para aumentar la conectividad?

¿Qué pasará cuando la titular de Turismo le pida a los gobernadores de los estados que independientemente de sus marcas propias impulsen la marca México?

Todo eso, aparte de que la Secretaria de Turismo tendrá que enfrentar los cotos de poder de los empresarios del ramo.

La titular de Turismo tiene todo el respaldo del Jefe del Ejecutivo, pero con todo y todo, no será fácil.

Además, Claudia Ruiz Massieu tendrá que remontar la crisis de violencia por la que atraviesa México y que abona en contra de la llegada de un mayor número de turistas.

Indudablemente, la percepción de inseguridad en México es uno de los grandes obstáculos para aumentar la llegada de turistas extranjeros y el aumento de divisas que genera la industria sin chimeneas.

La Secretaria de Turismo tendrá que hacer la mezcla adecuada para dividir su tiempo entre la promoción turística, la resolución de los problemas que obstaculizan su desarrollo y la mejoría de la mala imagen que por la violencia tiene México.

Por si fuera poco, Ruiz Massieu tendrá que enfrentar la delicada situación financiera de Fonatur, que registra una deuda de 4,600 millones de pesos por la que cada año debe pagar 380 millones de pesos para cubrir intereses y capital, de acuerdo con las declaraciones del director de Fonatur, Héctor Martín Gómez.

Por eso, impulsar el turismo no será fácil. Aunque, hay que decirlo: no es imposible.

No hay comentarios.: