sábado, julio 27, 2013

Turismo Español en el 2012




¿Qué podemos esperar del Turismo en este complejo 2012?

Por Manuel Figuerola

La tendencia justifica aproximadamente el 92 % del comportamiento de  una primera variable. Porcentaje que se proyecta siempre con signo positivo.

Luego se puede decir, que las características de nuestro Turismo,son tan favorables y motivadoras,
que aseguramos siempre un valor de la demanda o del consumo turístico muy importante.

La segunda componente es la capacidad de intervención que desde los sujetos que deciden en Turismo
se pueda, se quiera, o se deje ejercer.Lamentablemente,se podría aventurar,apoyando el juicio o la hipótesis que hemos de hacer, o formular, en un profundo estudio de la dinámica  y de evolución
de las series, sus ruidos positivos y negativos, el análisis funcional de  una regresión para las diferentes formas de los modelos estimados y la valoración en arco de las distintas elasticidades de la demanda (en función de la riqueza, el empleo y los precios), que el peso, cuota o porcentaje de influencia de la causalidad, por insuficiencia de una política turística ágil, para el conjunto de los últimos diez años estudiados, como media del período, no ha superado inter-anualmente el 3,5%.

Por último, sería injusto no reconocer que el efecto o influencia casual o estocástico, no tenga también su repercusión, y podemos atrevernos a confirmar, aplicando el método de permanencia de la evolución
 y de las condiciones de variabilidad, que la influencia de lo aleatorio responde por tanto a la diferencia
resultante que puede estimarse en torno al 4,5 %.

Por tanto, queriendo ser concreto y suficientemente claro, señalaré que el desarrollo del diagnóstico del Turismo español, para el presente año, permite anunciar, que manejando la variable ingresos por Turismo, en términos de balanza de pagos,  y en valores corrientes crecerá el 5,7%. La demanda
del Turismo correspondiente a los residentes en su conjunto (familias, administraciones públicas y empresas) se incrementará, también en términos corrientes en un 1,3%. Luego ponderando
ambos segmentos, y conociendo que la estructura global los equipara, puede afirmars un incremento
anual del consumo turístico, durante el 2012, cercano al 3,6%. Una valoración de los resultados del
diagnóstico realizado, desde el segmento del Turismo que procede del exterior, puede y debe dejarnos suficientemente satisfechos. No porque la cifra del crecimiento nominal del 5,7 % nos resulte adecuada, si no porque crecer, en la situación actual, puede ser interpretado como un gran éxito.

Ya que es una evidencia negativa la pérdida de imagen y el escaso aprovechamiento de la marca España, por causa de todos los hechos que confluyen en la realidad económica y financiera
española, e incluso turística.

Pero debemos de ser críticos con el resultado, y tal como hemos venido señalando reiteradamente, el Turismo español tiene en cuanto a la demanda extranjera, un importante recorrido que conseguir. Me refiero a llegar a participar en el PIB, al menos, en un porcentaje similar al que obtuvo en años pasados,
cercano al 12%. 

Y hemos de entender, que en el caso del cumplimiento de las predicciones que se plantean en este artículo, aún reconociendo una economía global en recesión, la participación del Turismo, como
parte del sistema económico, solo alcanzará valores cercanos al 11%. Es decir, por debajo de un punto del PIB, que consideraríamos normal. Lo que significaría una aportación a la renta de algo más de 10.000 millones de euros más en el 2012. O lo que es lo mismo, una aproximación de 20.000 de euros en términos de producción de bienes y servicios, en el conjunto de los sectores productivos españoles.

Ahora bien, el crecimiento de la participación en el PIB del Turismo extranjero no se proyectará de manera lineal, porque el otro elemento de la demanda turística agregada, que es el Turismo interior, o el formado por los segmentos de residentes, no se manifiesta de la misma manera. 

En párrafos precedentes se consideraba que el Turismo interior tendría un aumento de algo más del 1%, debido especialmente al efecto precios, más que al efecto crecimiento real.

El análisis global de las hipótesis anteriores ha de motivarnos a pensar, que una política más agresiva y
dinámica en estos momentos, en que la Organización Mundial del Turismo (OMT) está confirmando la permanencia del crecimiento del Turismo internacional, en torno al 4%, podría traducirse en resultados
más eficientes del Turismo recibido.

Y esa política, que hemos denominado agresiva y dinámica se debe proyectar en la consecución de
tres grandes objetivos, cuyo reiterado señalamiento, los ha transformado en importante tópico; pero cuya capacidad de ser alcanzados es muy importante. Por ello se puede decir, que llegar a lograr, una expansión anual del 8%, no se concreta en el crecimiento del número de llegadas, si no se logra
una reestructuración del peso de las tipologías o demandas recibidas. Proyectando de manera intensa el Turismo domestico, no tanto el de las islas o el del litoral; e Impulsando de manera decidida,
para alcanzar de nuevo una estadía promedio de al menos  11 días por viajero. Y por último, influir en la política de producto, para ampliar el gasto medio de esa estancia, de manera que supere aquel,
mínimo de 100 euros por noche, lo que significaría unos ingresos globales de 65.000 millones de euros.
Creo que podemos esperar que los logros o las decepciones no dependerán solo de la casualidad, ni de la Selección Nacional de Fútbol. Los resultados, sin duda, en cierta medida, solo dependerán de nosotros. Y como señalaba mi buen amigo Luis Mesalles, con el fútbol no es suficiente.

Cuando se analiza la proyección de una serie estadística, correspondiente a cualquier variable, ya sea
de naturaleza económica o social, siempre deberemos de tener en cuenta, que la determinación y la
fuerza de la proyección, necesariamente, se justifica en tres elementos. cuya presencia influyente, nunca
deberá ser ignorada en ninguno
de ellos: 
a) la tendencia, b) el efecto causal que estará condicionado a nuestras actuaciones, y  c) el efecto casual
o aleatorio, al que es sin duda, y en oda circunstancia, una variable, atributo o fenómeno que
está siempre sometido a la incertidumbre.

Anunciar, valorar, pronosticar, diagnosticar, o como se quiera entender, proyectar los valores futuros en
Turismo —no diré predecir o prever lo que va a pasar, pues no tengo capacidad para ello— es muy sencillo hacerlo, cuando los hechos se han producido. Lo difícil es hacerlo, cuando la magnitud analizada o estudiada se mueve en un ámbito de incertidumbre y riesgo como el actual.

Por lo que realmente aterra, asumir la responsabilidad de manifestarse al respecto. Ahora bien, no
hacerlo, lo considero inadecuado y no exento de exceso de prudencia.

Y el hacerlo, con presunción, y ajeno de la aplicación de un cierto procedimiento científico, sin duda lo interpreto como una osadía peligrosa. Por ello, situándonos temporalmente en los primeros días del mes de junio, en un momento de absoluta desconfianza respecto a la evolución de los procesos económicos y el comportamiento de los condicionantes financieros, políticos y sociales, pero cargado el primero de una cierta actitud intuitiva y prudente, y también, manejando toda la información que el conocimiento y la inteligencia del método nos ofrecen, intentaremos establecer ciertas hipótesis del comportamiento
de las variables básicas del Turismo, diseccionando los tres componentes que alimenta toda proyección.

El estudio técnico de las series temporales más importantes del Turismo español explica  la posibilidad de lo que pueda suceder.

En resumen:

Se puede decir, que llegar a lograr, una expansión anual del 8%, no se concreta en el crecimiento del número de llegadas, si no logramos conseguir una reestructuración del peso de las
tipologías o demandas recibidas. Proyectando, de manera intensa el Turismo de interior, no tanto el de las islas o el del litoral. Impulsando de manera decidida, para alcanzar de nuevo una estancia promedio de 11 días por viajero. Y por último, influir en la política de producto, para ampliar el gasto medio de la estancia, de manera que supere aquel, un mínimo de 100 euros por noche, lo que significaría unos ingresos globales de 65.000 millones de euros.

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