Por Peter T
El último mes examinamos algunos de los retos que enfrenta la actividad turística en el 2016. Este mes revisaremos algunos de los otros retos con los que los líderes en turismo tendrán que enfrentar en el 2016. Deberá tomarse en cuenta que aunque el material de las ediciones tanto de febrero como de marzo se tratan como retos separados, hay muy frecuentemente interacción entre ellos y estos retos no están aislados sino que son parte de un todo.
Prepárense para una inestabilidad económica. Estamos viendo muchos altibajos en el mercado de valores acompañados de precios bajos en el gas, por lo que hay un sentido of enojo y malos presentimientos. El sentido de bienestar del año pasado ahora ha pasado a ser uno de “espera y ve” tanto en Estados Unidos como en América Latina y en Europa. Los expertos consideran que hay muchas nubes en el horizonte.
Esto incluye una inestable economía en Europa, recesión en países como Brasil y bajas tasas de empleo y una disminución en el crecimiento de la economía en china. Esto es fundamental para tener presente que aunque el desempleo es bajo en Los Estados Unidos, esta cifra no necesariamente refleja una economía fuerte, sino que millones de personas han dejado de buscar trabajo. En este mundo de recuperaciones falsas, el bajo desempleo no se traduce en un deseo de parte del público de viajar más.
-Visualiza el mundo cuidadosamente. El mundo político continuará siendo inestable y cuando esa inestabilidad le llegue a la gente, éstos son menos propensos a gastar dinero en artículos de lujo tales como viajes. La inestabilidad política es ahora un problema mayor en Africa y América Latina, con el Oriente Medio, Europa y Norte América sujetos a ataques terroristas y América Latina todavía sufriendo altos niveles de crímenes y tráfico de droga. Aún más, nadie sabe como la crisis de los refugiados europeos se desenvolverá y que consecuencias de incrementos en la criminalidad se dará en el turismo europeo. Brasil, así como muchos países de América Latina, están ahora sufriendo tanto problemas relacionados con el crimen como con problemas de higiene y salud.
-Estén conscientes de la carencia de personal capacitado. Como muchas áreas turísticas han crecido rápidamente hay muchos destinos donde hay una carencia de mano de obra calificada. El turismo necesita personal que tengan el gusto por el trabajo y estén bien entrenadas. Son muy pocas las personas en la industria turística que hablan múltiples lenguas, son muy eficientes en habilidades de alta tecnología computacional o tienen un buen conocimiento estadístico y saben cómo utilizar estas habilidades. La carencia de entrenamiento y preparación crea no sólo un gran cantidad de pérdidas financiera, pero también se pierden oportunidades y sobre todo la posibilidad de adaptarse a los nuevos retos.
-Bajos Salarios. Reclutamiento y retención. Muchos de los que trabajan con atención directa al público reciben bajos salarios, tienen bajos niveles de lealtad al trabajo y cambian de trabajo con una gran rapidez. Estos niveles altos de movilidad dificulta el entrenamiento y muy seguido cada vez que una persona deja su trabajo, la información se pierde. Para ser las cosas aún más desafiantes, estas son las personas con las cuales los visitantes tienen contacto. La fórmula tiende a garantizar una baja satisfacción hacia el trabajo, y una baja satisfacción en el cliente.
Esta situación da como resultado la falta de vacantes o de fuerza de trabajo calificada en la industria turística, uno de las más grandes sino es que el más grande generador de empleos en el mundo. Si el turismo debe ser un producto sustentable, entonces necesita convertir los trabajos de medio tiempo en carreras para que no las personas no tengan que hacer carreras fuera del propio mercado turístico. Si la industria de viajes y turismo desea continuar creciendo necesitará tener personal calificado y una fuerza de trabajo entusiasta y deseosa de trabajar tanto en el nivel gerencial como en los trabajos técnicos especializados y semi-especializados.
- Reglamentos sin sentido común o sobre regulados. Nadie está discutiendo sobre el hecho que el turismo fuera una industria sin regulación, pero muy a menudos los deseos del gobierno de regular se contraponen con el sentido común. Muchas decisiones se realizan para evitar una demanda o una cobertura negativa de los medios de comunicación. Muchas regulaciones causan un efecto negativo a problemas menores mientras se rehúsan a ser pro activos en problemas de mayor envergadura. Muchas veces el deseo de sobre regular expone al negocio del turismo a situaciones que no ayudan para nada al consumidor.
-La carencia de un marketing adecuado y confiable. Muchos destinos tienden a exagerar o simplemente fabricar. La falta de la verdad en el marketing significa que el público no sólo pierde confianza en la industria pero los inversionistas temen ser timados. El marketing tiene que ser tanto innovador como honesto. El turismo es una industria altamente competitiva y requiere técnicas nuevas e innovadora en marketing que capture la esencia del lugar al mismo tiempo que sensibiliza a la comunidad local de lo que se le ofrece al turismo.
-La carencia de amenidades o el sobre precio por el uso de ciertos atractivos. En muchos lugares alrededor del mundo hay una carencia de atractivos sencillos. Desde agua limpia y potable en hoteles hasta baños públicos bien mantenidos y limpios. En muchos destinos, el simplemente encontrar servicios públicos es todo un desafío. La señalización a veces es ininteligible para muchos turista foráneos, estacionarse se convierte en una pesadilla y tan difícil como sea de creer, existen muchos hoteles de “alta calidad” que cobran por el servicio de internet. En muchos lugares el servicio telefónico en la habitación es extremadamente caro, aún para llamadas locales. La carencia de amenidades o el sobre precio por su uso, destruye el sentido de hospitalidad y convierte al huésped en simples clientes.
-La necesidad de desarrollar una infraestructura turística actualizada. Alrededor del mundo, el turismo sufre de una pobre infraestructura. Estos desafíos en cuanto a infraestructura, van desde puertos de entrada y embarque muy pobres hasta el modelo de transportación urbana como acceso a calles, electricidad, suministro de agua, drenaje y telecomunicaciones.
Desde que los aviones empezaron a transportar más pasajeros, los aeropuertos no sólo se enfrentan al problema de manejar más cantidades de personas llegando al mismo tiempo, pero también la manera de bajar equipajes más rápido, atender a las personas en tránsito a través de las largas colas de aduana y migración. La carencia de infraestructura también impactará la seguridad, ya que los gobiernos intentan frenar a terroristas potenciales mientras tratan de dar una cálida bienvenida y hacer de la llegada una experiencia amigable.
-La industria de la aviación continuará siendo parte del turismo que los visitantes aman odiar. El viaje en avión se convertido de elegante a peatonal. Hoy día los pasajeros son amontonados en los aviones como si fueran ganado y tratados como si fueran criminales más que respetables huéspedes. Las tarifas aéreas son tan complicadas que los pasajeros necesitan un curso universitario para entenderlo y la lealtad anterior al programa de una aerolínea continua en pleno descenso. Es frecuente que el servicio sea tan malo que cuando una azafata sonríe, los pasajeros de hecho les agradecen. Infortunadamente el “llegar allí” se ha convertido en parte del “estar allí” y al menos que la industria del turismo pueda trabajar con la aerolínea para cambiar de actitud, sean menos mercenarios y más flexibles, la industria turística sufrirá mucho.
Cuando un mal servicio aéreo se combina con problemas de infraestructura la combinación a largo plazo puede ser fatal y vacaciones en casa pueden sustituir el salir de vacaciones.
-Nada funciona si los visitantes tienen miedo y se sienten inseguros. La proliferación de grupos terroristas en el mundo, el lo que se llama “la pandemia del día” son amenazas mayores para el turismo.
El turismo debe aprender a crear no meramente medidas de prevención y seguridad, pero la “certeza de la seguridad” : la interacción entre las dos. Eso significa que los destinos sin (programas de políticas turísticas) sufrirán eventualmente un declive. La seguridad privada y la pública necesitarán aprender a interactuar y trabajar no solamente con unas y otras, pero también con los medios de comunicación con los mercadólogos.
Los viejos refranes sobre “seguridad que atemorizaban a los visitantes” en el pasado se han transformado más hacia el refrán que “es la falta de seguridad y privacidad lo que produce temor ante los visitantes”. El ciber crimen continuará siendo uno de los mayores desafíos de la industria turística. El turismo no puede saltar de una a otra pandemia o crisis de salud. A menos que la industria pueda proteger la privacidad del turismo y tenga menos incidencias de fraude, el turismo seguirá enfrentando retos cada vez más grandes y difíciles en el 2016.
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