jueves, marzo 01, 2012

Inteligencia Turística 3 y el futuro


Inteligencia Turística 3.0
MIÉRCOLES, 15 DE FEBRERO DE 2012

por Eduardo Fayos-Solá


Hace unos días he regresado de un viaje a Sudáfrica. Hemos estado trabajando en la provincia de Mpumalanga, el antiguo Transvaal, y en el Parque Nacional Kruger, y asistiendo también a una “cumbre económica”. Sudáfrica apuesta fuertemente por una vía al desarrollo donde el turismo ha de jugar un papel clave.

Esto no parece ninguna novedad. Lo curioso es: (1) que aún se piense, “inocentemente”, que el turismo produce automáticamente desarrollo, y que no hay costes sociales, ambientales y económicos asociados a su crecimiento; (2) que no exista todavía un marco conceptual claro y un modus operandi de éxito para las políticas turísticas, persigan éstas tan sólo el beneficio privado o también el desarrollo social; y (3) que nuestro país, España, no haya consolidado su liderazgo en el conocimiento y la inteligencia del turismo, siendo así que es una de las pocas áreas donde se nos supone de antemano a nivel internacional.

En el viaje a Sudáfrica, he estado acompañado por un equipo multinacional de expertos que laboran en Disney, expertos norteamericanos, y también sudafricanos. Todos ellos conocían bien los logros de España en el campo del turismo, manejaban nuestros datos con soltura, y hacían referencia frecuente a ejemplos y a nuestros éxitos. He pasado por experiencias similares en otros lugares, en Europa, en Asia, en el Pacífico; pero, salvo en Centro y Sudamérica, no me tropiezo con frecuencia con instituciones o expertos conocedores del desarrollo turístico de España.

Hace más de medio siglo, allá por el año 1957, se creó en España un instituto privado de estudios turísticos, el primero del mundo dedicado específicamente al turismo, y no a la hostelería. Cinco años después la Administración pública española constituyó también uno de los primeros centros de investigación del mundo en turismo. Denominemos aquello Inteligencia Turística 1.0 a la fase que entonces se inició. La “promoción” jugaba un papel clave en aquella fase, y también la creación de nuevos destinos y “polos” turísticos. Pero España no sólo atraía turistas; también venían las jóvenes promesas de la inteligencia turística internacional; las primeras promociones y cursos del Centro Español de Nuevas Profesiones, de la Escuela Oficial de Turismo, y del Instituto de Estudios Turísticos así lo atestiguaba.

Tres décadas más tarde, al final de los 80 y comienzo de los 90, tuvo lugar un cambio paradigmático del modelo del turismo. La Inteligencia Turística 2.0 ya no hablaba de promoción sino de “competitividad” à-la-Porter y, después del 92, también de “sostenibilidad”. Centenares de universidades en todo el mundo tenían ya prestigio por su educación y su investigación en turismo, y muchos jóvenes españoles apostaban por su futuro profesional en este sector cursando estudios de postgrado fuera de España, en centros europeos y norteamericanos.

Pero el hecho es que España ha seguido siendo líder en el turismo mundial y no sólo por sus éxitos cuantitativos en acogida de turistas, sino también por su capacidad de innovación, por la calidad de su oferta, y por la creación y renovación de destinos turísticos extremadamente atractivos. Las universidades, las escuelas de negocio y muchas otras instituciones españolas públicas y privadas han contribuido sin duda a todo ello.

¿Por qué pues no retomar seriamente el tema del conocimiento en turismo? ¿Por qué no lograr un serio empuje institucional –público, privado y de la sociedad civil hacia lo que llamaríamos una Inteligencia Turística 3.0?


Éste es el momento de apostar por el futuro. Un futuro basado en la economía y la sociedad del conocimiento, donde España y Europa no pueden quedarse atrás. El turismo ya no es una actividad improvisada; el turismo va a depender fuertemente de las tecnologías de la energía, del transporte, de la información y comunicación, de las ciencias económicas, de las matemáticas, la física, la biología… La Inteligencia Turística 3.0 va a presentar fuertes sinergias con todas ellas.

Es en los “momentos duros”, es cuando con frecuencia hay que tomar decisiones estratégicas. A pesar de las incertidumbres; aún cuando sea difícil encontrar financiación; y aunque la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) (donde prestan servicios muchos expertos españoles), anuncie un recortes en un 40% en su presupuesto, se necesita hacer un esfuerzo por avanzar.

Un pueblo necesita siempre horizontes de futuro y ello, en este lugar y en este momento histórico, implica una inversión decidida en conocimiento y educación. La Inteligencia Turística 3.0 puede jugar un papel importante para el futuro de España en Europa y en el mundo.

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