La ingente labor desarrollada a través de los años, dentro del sector de las enseñanzas y los estudios del turismo, concurren en unos resultados indiscutibles que dan lustre y valor a un trabajo que ha tenido y tiene una buena parte de benemérito, reflejado en la labor quela Confederación Panamericana de Escuelas de Hotelería, Gastronomía y Turismo, cuando esta modélica organización está celebrando su XXII Congreso Mundial, en la ciudad de Río de Janeiro.
Viene este comentario a la palestra porque aún hoy, después de las decenas de años en que el turismo se ha venido afianzando como el índice mas preclaro del desarrollo de la cultura mundial, la gestión humanitaria más brillante para la consecución de la paz, y el màs seguro camino para conseguir la erradicación de la pobreza en el mundo, aún hoy, decimos, la falta total de una buena profesionalidad y del conocimiento, son las carencias mas notables en los dirigentes políticos y profesionales del sector, obnubilados por su aporte económico y la perspectiva generalizada de su contribución al desarrollo, entendiendo este siempre desde el punto de vista económico y nunca en toda la magnitud del contexto en la cual se debería entender.
Parece entonces conveniente que valoremos y analicemos seriamente el ingente trabajo que organizaciones como la que mencionamos, la célebre y brillante CONPEHT, cuenten con el crédito suficiente para que su gestión sea apoyada y reconocida en todos los países del mundo, ya que su la-bor y sus resultados llegan hasta los más recónditos lugares del planeta.
Hoy, la profesionalidad y el conocimiento en la gestión turística no es una utopía: es una auténtica necesidad que debe de afectar a todos los estudios profesionales y empresariales dentro del sector académico, sin olvidarnos del componente social que es el inmenso valor de la puesta en escena de todo este hermoso proyecto que se desarrolla de un lado a otro del universo.
Una maestría en la gestión del turismo, debería ser obligatoria para ejercer cargos de dirección o responsabilidad, dentro de cualquier organismo público en todos los países del mundo. Sin duda, este trabajo bien hecho y con la solvencia necesaria, evitaría los grandes destrozos y desajustes que vemos un día si y otro también, a lo largo y ancho de la faz del planeta Tierra.
No es que tratemos que un responsable del área de turismo en estos organismos señalados entienda de cocinas, restaurantes o recepción turística – que para ello existen estudios específicos – pero si creemos necesario que ostenten unos conocimientos genéricos de lo que el turismo comporta para el desarrollo de los pueblos, y su valor multiplicador en pos de la paz mundial, entrando de lleno en el tema del desarrollo turístico sostenible: un desarrollo que satisfaga a las generaciones actuales, sin poner el riesgo la satisfacción de las generaciones futuras.
Sin lugar a dudas estamos tratando de un tema de la máxima actualidad, cuando se nos presentan flagrantes casos de personajes venidos de prestigiosos estudios universitarios, ocupando puestos de gestión en la actividad turística de la cual no tienen el más mínimo de los conocimientos. Citamos nuevamente el concejal de turismo de un ayuntamiento canario que nos endilgó la respuesta de que en su corporación no hacía falta aplicarla famosa Agenda21, porque ya se estaba aplicando la Agenda 23.
Casos como el señalado sobran para llenar miles de páginas con comentarios mas o menos pareci-dos, todo ello producto de que la gestión del turismo aparecía como algo consustancial del género humano, para lo cual solo hacía falta una buena presencia y una sonrisa a lo largo y ancho del rostro, lo mismo que ocurría – y sigue ocurriendo, por desgracia – con los técnicos en relaciones públicas, un auténtico calvario en el que en los años sesenta-setenta del pasado siglo tuvimos una destacada labor de trabajo en su concientización através del famoso CENERP, que tuvo su sede principal en Madrid y una íntima relación con otras organizaciones similares en todo Europa.
La gestión del turismo tuvo su punto álgido en España, y en el mundo, cuando el gobierno español desde su Ministerio de Información y Turismo, creó oficialmentela Escuela Oficialde Turismo (año 1963) y los títulos de reconocimiento oficial para las instituciones privadas que quisieran seguir sus programas, exigiendo para dirigir las empresas turísticas catalogadas como tales, un titulado por estos centros a los que mas tarde se les equiparó con los estudios académicos que se seguían en las universidades españolas.
Fue la época dorada de los estudios turísticos en España y sus graduados son hoy, muchos de ellos, a quienes se les debe el “milagro” del turismo español. Desgraciadamente desaparecida esta exigencia - al parecer sin nada oficial que la haya derogado - se anda deambulando de un lado para otro, en manos inexpertas que, como decimos, están carentes de los mas mínimos conocimientos para gestionar la que hoy es la primera industria del mundo, la que mas puestos de trabajo aporta, y la que mueve la gestión económica mas importante del país número uno del mundo como es los Estados Unidos de América.
La realidad eclipsa todo lo que sea ficción. Los resultados del trabajo de la CONPEHT, son el aval de su gestión sobre los estudios de la profesionalidad y el conocimiento en el sector turístico. No son leyendas ni hechos irreales los miles de puestos de trabajo que ocupan los graduados de sus decenas de centros de enseñanzas. El sol no se puede tapar con un dedo, y por mucho que se haga para destrozar o desacreditar el arduo trabajo de apoyo que se le pueda prestar para llevar a buen fin la brillante labor, de esta modélica organización americana, los resultados son irreversibles, irrevoca-bles, imparables… incuestionables…
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