viernes, octubre 17, 2008

VeneECONOMIA : Opina sobre el turismo actual


La concepción que tiene el Gobierno de Hugo Chávez sobre el sector turismo y su potencial de desarrollo es bastante "peculiar", para decirlo de algún modo.

Esta "peculiaridad" conceptual se hace patente en el habilitante Decreto-Ley Orgánica de Turismo, que supedita al Gobierno a la actividad turística. Esta Ley margina al sector privado y lo convierte en un rehén del Ejecutivo bajo las órdenes del Ministerio de Turismo, obviando que en todo país donde el turismo se ha transformado en una industria pujante, ha sido el sector privado el eje que lo ha motorizado.

Además, en contracorriente con la norma mundial, en este decenio en Venezuela se han realizado consecutivas (y arbitrarias) estatizaciones, nacionalizaciones, compras forzadas, cese de concesiones e, incuso, expropiaciones de activos turísticos. Hoy se cuentan entre los haberes del Gobierno: teleféricos, líneas aéreas y de transporte terrestre, hatos de turismo ecológico y hoteles, entre otros.

Otro indicio de la marginación de la industria turística en este decenio se manifiesta en la conceptualización de la Feria Internacional de Turismo.

Esta feria es el evento emblema del Gobierno para "impulsar el turismo como factor de desarrollo económico, de intercambio, de progreso social y de aproximación de los pueblos", que se venía realizando en años pasados en Caracas bajo la denominación de Fitcar, y para este año comenzó en el estado Bolívar a recorrer otras regiones del país con el nombre de Fitven. En la realidad Fitven ha sido un derroche de dinero invertido en propaganda local, con pobres resultados para captar operadores internacionales del Turismo, que promuevan al país en el exterior y atraigan a turistas, o para incentivar a los inversionistas privados a construir infraestructura y, menos aún, para formar recursos humanos especializados en la materia.

No obstante, el indicador más tajante de la "peculiar" concepción del turismo "bolivariano" ha sido la declaración de Hugo Chávez, durante la inauguración de Fitven 2008 en Puerto Ordaz, cuando afirmó que no desea para Venezuela "un turismo de perfil imperialista, un turismo de ricos". Y más específicamente, cuando indicó que "el turismo de crucero sólo deja basura en el país".

Turismo Perdido

Es positivo que en el país se desarrolle un turismo social bien llevado, que permita al mayor número de ciudadanos de todas las clases sociales conocer el país y otras regiones del mundo. Pero, es mucho más positivo que éste pueda desarrollarse paralelamente con el turismo tradicional (internacional y doméstico), el cual es fuente de ingresos y empleos para el país. Y no como opina la ministra de Turismo, Titina Azuaje, que el enfoque de este Gobierno es social y, por ende, el turismo bolivariano se basa en "el intercambio de cultura y de valores, y no sólo en el intercambio de divisas".

Una experiencia más que ejemplarizante del potencial económico del turismo lo constituye la Isla de Aruba. Esa pequeña isla con 105.000 habitantes y sin recursos naturales minerales o agrícolas qué explotar, desarrolló la industria del turismo, con inversionistas nacionales y extranjeros a quienes les garantiza seguridad jurídica.

Además Aruba construyó una impresionante infraestructura hotelera de más de 10.000 habitaciones, educó a la población para el servicio turístico, y diseñó una excelente promoción para atraer al turista extranjero, a quien le brinda seguridad personal.

Hoy Aruba tiene un ingreso per cápita de más de $24.000 y su inflación para 2008 es de apenas 8,9%. Mientras que Venezuela con 26 millones de habitantes, con todo y su industria petrolera, tiene un ingreso per cápita de $8.400 y acumula para lo que va 2008 una inflación de 20,2%.

Es que cuando la política y la ideología es la que predomina, los negocios se destruyen y nadie se beneficia. Se puede promover el turismo social como lo realizó en su momento Bélgica,pero al mismo tiempo no abandonar el turismo receptivo que produce divisas y riqueza para las pequeñas y medianas empresas, y para las posadas por ejemplo. Venezuela en los años 70 realizó con éxito su programa de POSADAS TURISTICAS que ha beneficiado a más de 20.000
negocios pequeños, o sea a más de 120.000 personas (directas e indirectamente) involucradas de la clase media con sus propios negocios; pero a la vez se estimuló el turismo internacional hasta lograr ,al fines de los años 90, 700 mil turistas internacionales que gastaban US$ 1.300 por persona y viaje, y la meta era llegar al millón de turistas extranjeros. Hoy llegan al país sólo 250 mil turistas del exterior y muchos "turistas" políticos invitados por el gobierno (salida de divisas) para que asistan a congresos que tratan el tema del socialismo y del comunismo del siglo XXI.

En resumen, al no desarrollar del sector turismo, el Gobierno suma otra oportunidad pérdida para brindar bienestar y desarrollo a los venezolanos.

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