martes, septiembre 27, 2011

TURISMO Y ACERCAMIENTO DE LAS CULTURAS



DIA MUNDIAL DEL TURISMO (27 de septiembre del 2011)

"En un ambiente global marcado por la creciente intolerancia y tensiones interculturales, a menudo exacerbada por la brecha económica entre las naciones, el turismo puede promover el respeto espiritual y cultural entre los pueblos"
Ban Ki-moon, Secretario General de las Naciones Unidas

Este 27 de septiembre de 2011 la ciudad egipcia de Aswan acogerá el Día Mundial del Turismo bajo el lema “Turismo Vinculación de las Culturas”, que nos indica el rol tan especial que distingue a esta actividad, que a través de los múltiples viajes que se originan día a día, se constituyen en factores que aproximan a los pueblos del mundo.

De la “Declaración sobre una Cultura de Paz” de las Naciones Unidas, del 13 de septiembre de 1999, extraemos lo siguiente, que se ajusta perfectamente a principios que caracterizan a la actividad turística. En su artículo 1, se dice que “Una cultura de paz es un conjunto de valores, actitudes, tradiciones, comportamientos y estilos de vida”; palabras que posteriormente se amplían al afirmar en su último apartado que esta definición está basada en “La adhesión a los principios de libertad, justicia, democracia, tolerancia, solidaridad, cooperación, pluralismo, diversidad cultural, diálogo y entendimiento a todos los niveles de la sociedad y entre las naciones; y animados por un entorno nacional e internacional que favorezca a la paz”.

A lo largo del tiempo, el turismo se ha conducido bajo estos preceptos, que han generado que sirva de complemento al avance o desarrollo de la convivencia humana; es decir, el turismo se comporta como el catalizador de la diversidad cultural que surge por las múltiples relaciones que se producen entre distintas razas e idiomas que se movilizan a nivel internacional y que en 2010, alcanzó los 935 millones de llegadas en todo el mundo (OMT, 2011).

Mohan Rao, Profesor. Especialista en Economía y Desarrollo de la Universidad de Massachusetts, en su artículo “Cultura y desarrollo en la era global” nos dice al respecto, que “En un mundo caracterizado por una gran diversidad cultural, no es sorprendente que las culturas influyan también unas sobre otras, a través de los intercambios mundiales, y actúen sobre el proceso de cambio económico, a nivel local y a nivel mundial” y esto es algo que los expertos del turismo han asumido con seriedad, al punto que año tras año se discute en diversos escenarios mundiales la influencia que la cultura tiene en los destinos turísticos y la mejor manera de aprovechar sus innegables aportes.

Desde hace tiempo se analiza seriamente la forma como los turistas se vinculan con la realidad social y cultural del destino. En este sentido, Damián Moragues, Profesor de la Escuela Superior de Turismo de Barcelona-España, explica que a comienzo de la década de los años noventa se marca la diferencia entre el antiguo y nuevo consumidor turístico, que es un individuo muy relacionado con el contexto social y cultural de los sitios que visita; asegurando que “… aparece en un horizonte emergente una tipología de turista más sensible a nuevas experiencias y valores, con mayor criterio en sus procesos de decisión, más respetuoso con las culturas locales e interesado por ellas y capaz de valorar contenidos culturales auténticos e interpretados con rigor. Esta perspectiva, a largo plazo, puede y debe significar un cambio, también, en la generación de oferta adecuada a las nuevas necesidades”

Desde entonces, la trascendencia económica y comercial del turismo ha sido altamente documentada y destacada, por lo que en estos momentos nos corresponde profundizar su rol como factor que promueve y garantiza la interacción entre las personas de todas partes del mundo. Desde la perspectiva comercial, el turismo es un producto conformado por atractivos que surgen directamente de la naturaleza y de la cultura utilitaria e imaginativa; en este orden de ideas, dada la capacidad de la cultura y sus implicaciones éticas, se presenta como un recurso vinculado con el desarrollo de los pueblos y de la historia, coadyuvando a que el turismo sea una manifestación de progreso de nuestros días, a tal punto que marca pautas de conducta.
Son tres las directrices de la cultura en el mundo del turismo.

Existe una cultura de servicio en el seno de los organismos oficiales y privados que orientan y se desenvuelven en este campo; especialmente, las empresas que atienden las motivaciones de los turistas y satisfacen sus necesidades. En otro radio de acción está, la amalgama que forman las culturas de los visitantes con la propia de los residentes del destino, donde una se nutre de la otra en cuanto a maneras de pensar y comportamientos asimilados y finalmente, la cultura que predomina en el destino y que alcanza su puesta en valor cuando el nativo se esmera en dar a conocer su folklore y demás manifestaciones patrimoniales de esta índole.

Tal es el alcance de la cultura del turismo que ha impactado la cultura de las empresas, a tal punto que en los actuales momentos existe la especialización de los productos/servicios, desde el turismo masivo de sol y playa hasta la segmentación de nichos, como el turismo de aventura o el turismo enológico, pasando por otras categorías o tipos, como el turismo rural, turismo religioso o turismo accesible, que requieren alta preparación y particulares herramientas de gestión, todos ellos con su propia identidad cultural. Igualmente, esta cultura del turismo prevalece en la cultura ambiental, marcando pautas en aspectos directamente relacionados con el contexto donde se practica, como son los casos de la capacidad de carga, el uso responsable de los recursos y el diseño de productos especializados que respetan el medio ambiente, el patrimonio creado por el hombre y la idiosincrasia de los pueblos.

Celebremos entonces, con entusiasmo, esta acertada decisión de quienes dirigen el turismo mundial de celebrar simbólicamente el Día Mundial del Turismo con la consigna “Turismo Vinculación de las Culturas”.

José Manuel Velásquez Millán
Profesor Titular
Escuela de Hotelería y Turismo. Universidad de Oriente.
Isla de Margarita. Venezuela

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