jueves, septiembre 19, 2013

TURISMO y la INSEGURIDAD


INSEGURIDAD: El lado oscuro de un destino turístico

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Blog de Susana Navarro
Ante un mercado turístico exigente, se hace necesario contar con productos turísticos competitivos y esa competitividad debe dársela un “valor agregado” que lo haga diferente del mismo producto en cualquier otro destino.
Antiguamente cuando una persona pensaba en un destino turístico para su tiempo libre, analizaba desde el paisaje, los servicios propios como hotelería, accesos, tarifas, etc., pero hoy en dìa, los interrogantes han cambiado y sin duda un tema que antes no estaba en carpeta, es el de la Seguridad. Un turista analiza antes de decidir un destino, sobre la seguridad que espera encontrar en el mismo. En los últimos años, el tema inseguridad se ha convertido en un problema global, del cual nuestro país no es ajeno y ello se ha visto reflejado en el sector turismo.
Hace 10 años el espantoso atentado de las torres gemelas en USA, llevó a que los viajeros internacionales decidieran, en ese momento quedarse en casa; lo que provocó pérdidas millonarias en los lugares de destino.

La seguridad que se necesitaba entonces en el sector turismo, no difería de la que necesitaba cualquier ciudadano del lugar: poder transitar con tranquilidad, que no le roben, ausencia de pandillas, etc.

Hoy lamentablemente hay que agregar otros conceptos: violaciones, muertes, cómo han sucedido en los últimos tiempos en algunos lugares turísticos del mundo y de nuestro país también. Es difícil remontar toda una campaña de promoción del destino, cuando suceden hechos de violencia, que con el auge de las redes sociales e internet, se saben en forma simultánea en todo el mundo.
               
Pero esto no es nuevo, este “lado oscuro”, hace tiempo que viene creciendo, desde la eterna guerra en medio oriente, a la cual se agregó las revoluciones sociales de los países árabes, situación que pude palpar personalmente justo antes de que se produjeran los violentos conflictos en El Cairo; “oler” la tensión subyacente en la frontera jordana colindante con Israel en mi camino hacia Petra; la advertencia policial cuando uno caminaba por la “eterna Roma” pidiendo que nuestras mochilas fueran colocadas hacia adelante para evitar mejor los robos; las recomendaciones de los guías en la “Ciudad Luz” para que no subiéramos a los subtes después de las 22hs., porque se movía “otro tipo de gente”; en el señorial Madrid y en la increíble Florencia cuna del renacimiento, donde el robo de pasaportes y bolsos era conversación corriente de los viajeros; la guerrilla en Colombia que hizo perder posiciones en el mercado turístico mundial a este bello país y que a través de un arduo trabajo de promoción ha logrado recuperar terreno, usando un slogan relacionado con la inseguridad del destino, pero direccionado a través de un marketing de gran genialidad : “ El único peligro es que Ud. se quiera quedar”.

El gigante y exuberante Brasil, con la violencia en sus principales ciudades, donde existen zonas liberadas no recomendables por su alta peligrosidad y que tratan de contener especialmente en los picos turísticos, como es el Carnaval. Leía hace poco en un artículo sobre el Brasil real, que sus habitantes transmitían en una frase un panorama de violencia preocupante: “El turista no ve el Brasil verdadero, pasa el Carnaval y la violencia vuelve a las calles”.

Hay muchos más ejemplos que reflejan una situación que tampoco dejó afuera a nuestro país. Argentina fue tradicionalmente un país con destinos seguros, habiendo constituido esa seguridad un “valor agregado”, que hasta que no lo perdimos no nos dimos cuenta de su importancia, con el agravante de que se ha sumado otro tipo de inseguridad, relacionada con los servicios básicos que si bien no son directos del turismo, son esenciales para el mismo: abastecimiento de combustibles, cajeros sin plata, señal de celulares, internet, etc. Antes pensábamos si las rutas estaban en buenas condiciones, ahora pensamos ¿podremos llegar a destino?, ¿habrá combustible?, ¿llevo dinero en efectivo o tarjeta?, y si el cajero no funciona?, habrá internet?, señal de celular?. Y a ello sumarle los conflictos de los últimos tiempos: marchas, cortes de rutas, protestas repentinas, etc. que hacen a veces que una ciudad parezca una ciudad sitiada. Todo esto nos genera también inseguridad, de otro tipo, pero inseguridad al fin.
               
Recordemos:” el turismo que nos beneficia a todos es una responsabilidad de todos”. Debemos trabajar TODOS JUNTOS, cada uno desde nuestro lugar, estemos relacionados o no con la actividad turística. Es imprescindible garantizar la seguridad como un valor básico de un destino turístico.
               
Si lo logramos, tendremos “el valor agregado” más codiciado del mundo.

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